jueves, 17 de octubre de 2013

Un gato muy British


El gato British Shorthair, británicos de pelo corto, es una de las razas de gatos más antiguas de Inglaterra. Son gatos originarios de Gran Bretaña y descienden del cruce entre los gatos domésticos que llevaron a Britania los romanos y los nativos de la isla. Estos felinos tuvieron que desarrollar un pelaje doble e impermeable para protegerse del clima británico.

Esta raza era muy apreciada, en un primer lugar por su fortaleza física y su habilidad para cazar, pero más tarde se valoró su comportamiento tranquilo y leal al hombre.

Desde el siglo XIX, la cría de gatos de raza empieza a despertar interés. Fue en esta época cuando Harrison Weir elaboró un estudio acerca del British Shorthair basándose en una selección de gatos expuestos en  el año 1871 en The Crystal Palce de Londres, donde el British Shorthair batió récords de popularidad. Esta raza fue llamada así con el fin de distinguirlos de gatos extranjeros y de los gatos de pelo largo como el gato de Angora.

Las dos Guerras Mundiales causaron la casi total extinción del gato británico. Debido a este hecho se tuvo que recurrir a otras razas, especialmente al gato Persa, para introducirlos en el programa de la cría selectiva del British y así renacer las líneas prácticamente extintas.

Por este motivo, el British Shorthair ha incrementado su robustez, sus formas más redondeadas, en concreto la morfología del cráneo, el aumento de intensidad en el color de sus ojos y el refuerzo de su estatura. Pero también heredó el gen del pelo largo que tras muchos años de cría selectiva consiguieron eliminar esta influencia casi por completo.

Esta raza tiene un carácter muy dulce y mimoso, le encantan las caricias y el sentirse querido, aunque también dependerá de sus dueños a los que adora y sigue a todas partes. Aunque les gusta la vida tranquila y plácida, el gato British necesita su dosis diaria de juegos y correrías por casa para mantener un buen tono muscular.

Debido a su carácter tranquilo pero juguetón y alegre, que se adapta  tanto a la vida en un apartamento como en el campo, que se lleva bien con otros gatos y perros, que es dulce pero sin ser empalagoso, el British se está convirtiendo en el gato más buscado para ser acogido como un miembro más de la familia.

El gato British ideal es de talla mediana y grande, con un porte sólido y majestuoso. Tiene cuerpo de luchador con flancos anchos. Las patas son robustas, con pies redondos y ligeramente más cortas que el cuerpo. Tiene un aspecto solemne, apariencia que refuerza su gran cabeza inconfundible, con pelo corto, y todavía más poderosa que la garganta. La nariz es recta, corta y ancha. Las orejas son de tamaño mediano, redondeadas, anchas en la base y muy separadas entre sí. Tiene los ojos grandes, separados y redondos, son de colores intensos, en armonía con los mantos. La cola, de una longitud equivalente a dos tercios del cuerpo, es gruesa en la base y se afina hasta la punta, que es redondeada. El pelo, que no se adhiere al cuerpo, es más denso y sedoso que el de un gato común de pelo corto, y posee una textura muy compacta.
 
Royal Canin, especialista en crear piensos específicos para determinadas razas, cuenta entre su gama de piensos el Royal Canin British Shorthair 34, una dieta especial y detallada para los gatos de esta raza.

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