domingo, 20 de octubre de 2013

De excursión al veterinario

¿Cómo hacer que las visitas al veterinario sean menos estresantes para nuestros gatos? Para la mayoría las visitas al veterinario son una rutina pero no una experiencia con la que estén familiarizados de forma positiva.
 
Normalmente, la mayoría de gatos suelen someterse a una operación a lo largo de su vida, casi todos para ser esterilizados. Además, deben ser visitados un mínimo de una vez al año para la revisión general y cualquiera de las vacunas o medidas necesarias de prevención. Otros debido a problemas médicos o porque son de avanzada edad necesitan de más visitas al veterinario.
 
Independientemente de cual sea el motivo por el que tengan que ir al veterinario, existen varias formas de hacer que la experiencia sea menos estresante tanto para ti como para tu gato. Esto empieza por el modo en que manejas el gato en casa, lo bien que tolere tu gato el viaje hasta el veterinario, cómo es tratado en la clínica y termina con el viaje de vuelta.
 
Lo primero que debes hacer es elegir un transportín sólido y no viajar con el gato suelto dentro del automóvil. El transportín debería poder limpiarse fácilmente y no ser demasiado grande, si se abre por arriba es más fácil de utilizar porque podemos levantar al gato para meterlo o sacarlo. Es aconsejable que el transportín huela a algo familiar, de esta forma el gato no lo relacionará con ir al veterinario. Esto puedes conseguirlo dejando el transportín por casa; haciendo que lo utilice de cama; utilizando el material de cama para el transportín sobre el que el gato duerme habitualmente; frotando suavemente un trapo por la cara del gato para recoger su olor y pasando el trapo por el transportín (sobretodo por las esquinas).
 
Si el gato siente pánico al ver el transportín es o bien porqué no está habituado a él, o bien porqué lo asocia a malas experiencias. En estos casos ten el transportín cerca pero fuera del alcance de su vista, envuelve al gato en una toalla o manta que tenga un olor familiar y colócalo en el transportín de forma rápida pero suavemente, así no le dará tiempo a agarrarse al transportín, forcejear y escaparse. Cubre el transportín con un trapo o toalla durante el viaje para que el gato se  sienta tranquilo, después coloca el transportín en el suelo del coche, delante del asiento delantero o sobre el asiento con el cinturón de seguridad. Debes permanecer tranquilo para que el gato no pueda percibir ninguna tensión, lleva contigo ropa de cama extra para tu gato por si vomita o mancha el transportín. Cuando llegues a la clínica, evite las prisas. Mantén al gato en el transportín y llévalo sin darle golpes con las piernas.
 
La sala de espera puede ser muy estresante para los gatos, ¿qué podemos hacer? Cuando entras, puede ayudar si:
- Preguntas al personal de recepción si hay un espacio reservado para los gatos.
- Eliges la zona más tranquila.
- Mantienes el transportín cubierto.
- Colocas el transportín sobre una superficie elevada en lugar de en el suelo.
- Te aseguras que tu gato no está delante de otro gato.
- ¡Evitas a los perros!
- Hablas con un tono de voz suave y tranquilizador.
 
Recuerda que los gatos necesitan de un tiempo para acostumbrarse al entorno de la clínica y tranquilizarse.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por los consejos, mi gato odia ir al veterinario, tendré que ver como se acostumbra

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