miércoles, 21 de agosto de 2013

¡Perro salva a gato!


Hoy os hablaré de una historia muy peculiar pero con un final feliz en Nueva Zelanda, donde un gato fue salvado de la muerte gracias a la sangre donada por un perro, un caso rarísimo de transfusión entre especies.

Kim Edwards llevó a su gato de pelo rojizo Rory a los servicios de urgencias veterinarias de la pequeña localidad de Tauranga, en Nueva Zelanda, tras haber ingerido matarratas.
El estado del gato empeoraba rápidamente y requería una transfusión urgente, pero la veterinaria Kate Heller no tenía tiempo de mandar una muestra al laboratorio para comprobar el grupo sanguíneo del gato y buscar un candidato para la transfusión.
Y optó por usar sangre de perro, una transfusión que no suele hacerse por tratarse de diferentes especies pero consideraba que era la única opción, era intentarlo o el gato moriría. Kate Heller, la veterinaria, pensó que Rory rechazaría la sangre dándole tiempo así de encontrar una acorde al grupo sanguíneo del enfermo.

La sangre que extrajo fue de un perro labrador negro de una amiga de la dueña, cuando le llamó para proponérselo no se lo podía creer.

Heller declaró al The New Zealand Herald: «La gente no va a creer lo que estaba pasando y era verdad. Pero funcionó y le salvamos la vida». La veterinaria comentaba esto en el diario ya que no fue normal la forma de proceder en un veterinario al elegir una transfusión de perro a gato.

Transcurridos unos días, «Rory se ha recuperado completamente y el gato no ladra ni trae el diario», aclaró con humor la dueña del felino.



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