El gato montés fue quien dio origen a los gatos domésticos,
el Felis Catus inició su domesticación hace 4000 años o incluso más cuando un
gato entró en la sociedad egipcia.
Este extraordinario cazador mantenía los
graneros limpios de roedores en el Antiguo Egipto y como agradecimiento se le rindió
culto como símbolo de la vida. Así comenzó una larga relación con la humanidad
que les cambio su destino, es muy probable que estos fuesen los ancestros de
los gatos domésticos actuales, resulta irónico que fuera el lado salvaje del
gato lo que le encaminara a la domesticación.
Aunque no tengan que cazar comida para
sobrevivir, todas sus actividades están dirigidas a refinar sus habilidades
depredadoras, el instinto de cazador es irresistible. Es uno de los cazadores
más expertos del planeta, su ágil cuerpo está diseñado para la caza con una
espina dorsal flexible, puede correr unos 50km/h.
El gato es una criatura noctambula, posee
visión nocturna, unos bigotes que le ayudan a orientarse, un agudo sentido del
olfato y un oído que capta sonidos que a los humanos nos resulta imperceptible.
Un chasquido a distancia le permite localizar con precisión a una presa y
abalanzarse sobre ella.
Un gatito salvaje aprende casi todo
observando a su madre, sin esta guía un gatito tiene que aprender a base de
errores, el instinto prevalece pero no todo es lo que parece. Cuando los gatitos son criados con pequeños
mamíferos puede que los vean como amigos en lugar de como comida.
Un cazador compulsivo no parece la mejor
opción como animal de compañía, pero son esas cualidades y sus movimientos lo
que encontramos tan interesantes en el comportamiento del gato. Admiramos su
belleza, apreciamos su compañía y disfrutamos
con su carácter juguetón. Los gatos son diferentes, amistosos, buenos
compañeros, se mantienen limpios y piden poco pero no tratéis de controlarlos,
quieren ser libres para ir y venir como les apetezca.
Tras
miles de años de convivencia los gatos han encontrado un irreemplazable hueco
en nuestros hogares y corazones. Quien nos diría que nuestra bolita peluda
lleva a una fiera en su interior…
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