jueves, 31 de octubre de 2013

La correa, una herramienta fundamental para educar a nuestro perro

Una parte importante de la educación del perro es su control, y para conseguirlo es fundamental la correa. Otra parte importante es como elegir esta herramienta imprescindible para la educación de nuestro can.
 
Existen diferentes tipos de correa disponibles en el mercado, varían en el material del que están hechas, su longitud y su diseño. Por lo que podemos encontrar correas de cuero, de nailon y metálicas; de longitud fija o variable; planas o redondas, etc. Cada correa tiene ventajas e inconvenientes, dependiendo de las características del animal se recomiendan un tipo u otro.
 
 
El material de la correa es muy importante a la hora de escoger, generalmente las correas más adecuadas son las de cuero, un material flexible y adaptable, además de ser cómodo al tacto y ligero. Por otro lado, algunos perros tienen la costumbre de mordisquear la correa. En estos casos, el cuero es un material muy atractivo para nuestra mascota y de fácil destrucción, por lo que puede ser más recomendable usar una correa de nailon o una cadena. Existe una gran variedad de diseños de correas de nailon, son más ligeras aunque pueden provocar quemaduras en las manos si tratamos de sujetar al perro cuando da un tirón fuerte.
 
Normalmente son mucho más recomendables las correas planas, aunque también pueden ser redondas, ya que al deslizarse con más dificultad evitan las quemaduras, se pueden pisar para controlar al animal y se enredan menos si existe mucha vegetación en el entorno.
 
La característica más importante a la hora de elegir la correa es su longitud ya que su uso correcto implica controlar perfectamente al animal pero sin que haya tensión en ella. Las correas pueden ser de longitud fija y de longitud variable. Las fijas abarcan desde los conocidos "puños", es decir correas o cadenas muy cortas, de menos de 50 centímetros por lo general, hasta las denominadas "cintas de pista" que son de material ligero que pueden llegar a medir 10 metros.
 
No obstante, los puños no son recomendables ya que estimula aún más la conducta de tirar. En cambio, las "cintas de pista" son muy adecuadas para dejar libertad de movimientos al animal, pero manteniendo un cierto control sobre él. Sin embargo, su uso queda limitado a parques o al campo, lugares de gran extensión y con poca vegetación.
 
Para la gran mayoría de los perros que pasean por zonas urbanas o habitadas, donde deben ir atados toda o la mayor parte del tiempo, la correa más apropiada es la que tiene una longitud fija de entre 1,5 y 2 metros. Esta medida permite tanto una cierta movilidad del animal, sin que haya tensión, como su control en situaciones conflictivas o inesperadas.
 
Las correas de longitud variable incluyen, fundamentalmente, las "correas de adiestramiento" y los "flexi" o correas extensibles.
 
Las correas de adiestramiento se caracterizan por tener varias argollas situadas a diferentes longitudes, de manera que según donde se coloque el mosquetón se pueden acortar o alargar, ajustándose a las necesidades de cada situación. En cambio las flexis se han popularizado gracias a su versatilidad ya que permiten al perro alejarse más del dueño por ejemplo para oler o investigar sin estar suelto.

Para la mayoría de propietarios y en las situaciones más habituales, la correa más recomendable es una plana, de cuero y de unos dos metros de longitud, ya que permite una cierta movilidad del perro sin que haya tensión en ella, el control apropiado del animal y una sujeción adecuada.

Recuerda que debes ser tu, en función de tus preferencias y circunstancias, quien elijas la correa con la que te sientas más cómodo.

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