¿Sabes
cuáles son las enfermedades que pueden afectar a la piel del gato? ¿Y que alguna
de ellas pueden llegar a ser contagiosas para las personas?
La
tiña, la dermatitis atópica y el acné felino son enfermedades que pueden
afectar a la piel de los felinos, especialmente afectan a los cachorros ya que
no tienen sus defensas desarrolladas. En este artículo voy a explicar los
problemas más habituales de la piel de los gatos; entre ellas, la alergia
provocada por las pulgas, la sarna del gato o la llamada cheyletiella felina.
También se ofrecen pautas para que el gato tenga la piel sana.
Los
cachorros de gato, especialmente aquellos que provienen de la calle, los
felinos que viven en un entorno insalubre, así como los que padecen cáncer
constituyen la población gatuna más proclive a padecer patologías
dermatológicas. La tiña es la patología de la piel más habitual en cachorros de
gato. Sin embargo, en el caso de los adultos, el problema de piel más frecuente
son las alergias.
La
tiña es una enfermedad producida por un hongo que se puede contagiar a las personas.
Es una enfermedad típica de felino callejero, los gatos con parásitos que
habitan en condiciones higiénicas precarias o los cachorros son los más
propensos en padecerla. Debido a que las personas pueden contagiarse, debemos
extremar la higiene y consultar al veterinario. Y en caso de contagio su
tratamiento consiste en medicamentos antimicóticos contra los hongos.
En
el caso de los gatitos menores de un año, es más probable que puedan contraer
la tiña, ya que tienen las defensas más bajas que un felino adulto. La raza
también puede predisponer a padecer tiña, como en el caso de la persa.
Otra
enfermedad que afecta a la piel es el acné del gato, que consiste en unos puntos negros
que aparecen en la zona del mentón. Los gatos de pelo largo son los más
propensos a padecer esta enfermedad y la razón de esta patología de la piel es
la humedad que queda en la barbilla del gato cuando bebe agua. El acné felino
está provocado por una infección bacteriana que precisa un tratamiento con
antibióticos y un champú para gatos específico para la zona afectada.
Los
gatos también pueden desarrollar alergias a alimentos o sustancias ambientales,
como los ácaros o el polen, son las causas que provocan los síntomas de la
dermatitis alérgica: prurito, enrojecimiento o descamación de la piel del gato.
El felino con dermatitis alérgica se rasca de manera compulsiva y suele acabar
por padecer una infección bacteriana, que precise un tratamiento con
antibióticos, además de averiguar la cuál es el alergénico que provoca la
patología.
Los
felinos con pulgas pueden padecer una reacción alérgica en su piel, siempre se
manifiesta en el cuello del gato, aunque las picaduras las sufran en otras
zonas de su cuerpo. Frente a estas irritaciones de la piel del gato provocadas
por parásitos, lo primero que se debe hacer es eliminar las pulgas con
insecticidas y, después, administrar antibiótico para frenar la infección
bacteriana de la piel del cuello del gato provocada por estos parásitos.
Cheyletiella
felina, un ácaro del gato que produce un fuerte picor y una descamación de la
piel del gato, similar a la caspa, son los síntomas que presenta un gato que
padece cheyletiella. Esta patología dermatológica la suelen sufrir los
cachorros felinos, y está provocada por un ácaro.
El
gato que padece la cheyletiella la puede transmitir a las personas. El
veterinario tratará esta patología de la piel del gato con antibióticos.
Otodectes
es un problema de la piel del oído del gato, la otitis o inflamación y dolor
del oído es el principal síntoma de un felino que padece otodectes. Los más
vulnerables son los cachorros de gato de la calle. La madre infectada transmite
los parásitos a través de su leche. Los medicamentos necesarios para combatir la
otitis son antiinflamatorios y antibióticos, como también productos
antiparasitarios.
Otro
problema de piel es la sarna demodécica, es poco habitual en los gatos y no
resulta contagiosa para las personas, ya que es una enfermedad que se
desarrolla a través de un parásito (ácaro) que tenemos en la piel, tanto los
gatos como las personas. Este ácaro se activa cuando el animal está enfermo y
sus defensas no funcionan a pleno rendimiento.
En
cambio, otro tipo de sarna que es más frecuente en los gatos es la llamada
sarcóptica, que se produce cuando las condiciones higiénicas del felino son
inadecuadas. Los síntomas de esta sarna son picor, rojeces y descamaciones. Y,
en caso de que la enfermedad se encuentre en estado avanzado, un peculiar y
desagradable olor en la piel del gato.
Las
enfermedades cancerígenas provocan en la piel del gato heridas, irritaciones e
infecciones. Es el caso de los tumores, que precisan tratamiento oncológico.
Estas patologías, sin embargo, son más habituales en gatos mayores.
Tres
consejos para una piel del gato sana:
1.
Una buena alimentación es fundamental para que el felino tenga la piel sana, es
aconsejable un pienso de gama alta rico en ácidos grasos omega 3 y 6 que
mantiene la piel del gato en forma.
3.
La ingestión de malta por el gato ayuda a evitar las bolas de pelo que se
forman en su estómago debido al acicalamiento. La malta también se puede
adquirir con añadido de ácidos grasos omega 3 y 6.