Los
gatos son conocidos por ser animales independientes, en ciertos casos pueden
llegar a tener cierto grado de ansiedad por separación. Normalmente, es una
respuesta normal a la separación entre la mascota y su dueño, pero en algunas
ocasiones puede estar fuera de contexto y manifestarse de forma constante y
excesiva por lo que puede convertirse en un problema.
Si
un gato siente ansiedad al sentirse abandonado es normal que empiece a tener
cambios de actitud cuando sospeche que vas a salir de casa. Las principales
reacciones de un gato con ansiedad al saber que te vas comenzará a maullar, a
dar brincos, se esconderá o incluso podría llegar a atacarte. Si tu gato sufre
este tipo de ansiedad puede comenzar a orinar fuera de su caja y comenzar a
hacerlo en tu cama o sillón favorito, si lo hace tiene como objetivo llamar tu
atención.
Las
situaciones más frecuentes que causan ansiedad generalizada en los gatos son pocas
posibilidades de ser atendidos por sus propietarios o por los que son
excesivamente atendidos y con una constante compañía de seres humanos; la falta
de ejercicio o aquellas situaciones en que la carencia de fuentes de actividad
alternativa, juego y contacto con otros gatos o con miembros de la familia
pueden originar frustración; cuando se produce un cambio importante o cuando se
proviene de problemas de socialización con otros gatos residentes o visitantes
ocasionales.
Aunque
los felinos estén considerados como mascotas independientes un motivo muy
importante que provoca estrés proviene de la incorrecta o deficiente relación
afectiva entre él y sus propietarios. A los gatos les gusta tener una rutina de
interacción consistente y predecible, ayudándoles así a tener una sensación de
control sobre su entorno y así reducir su ansiedad. Los gatos, al contrario de
lo que se piensa, quieren y necesitan mantener un contacto con sus dueños, les
gusta que los contactos sean breves pero frecuentes, en forma de caricias o
jugando con ellos.
Otro
síntoma de ansiedad puede reflejarse en sus hábitos alimentarios, comiendo más
de la cuenta o dejando de comer. Estos cambios alimentarios generarán
alteraciones en su sistema digestivo causando que vomite cuando comience a
regularizarse. Un gato con este síndrome puede llegar a convertirse en una
molestia para los vecinos ya que se pasará el día maullando o tirando cosas.
¿Qué alternativas hay para solucionar el problema?
Una es que el gato
se acostumbre a verte con bolsos, llaves o abrigos que sueles usar cuando sales
de casa. Otra es que te vea abrir y cerrar la puerta, y vuelvas, así no
relacionará que siempre que cierras la puerta te vas de casa. Otra alternativa
es que 15 minutos antes de salir y 15 minutos después de llegar a casa no le
prestes mucha atención. Y por supuesto, otra buena opción es ¡adoptar un
segundo gato para que se hagan compañía en tu ausencia!
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