lunes, 27 de enero de 2014

El gato habana

¿Habéis oído hablar del gato Habana? Este gato, al contrario de lo que pueda parecer por su nombre pertenece a la isla de Gran Bretaña. El motivo por el cual recibe este nombre es por su color, a sus criadores les recordaba el del famoso puro habano.

Como sus antepasados siameses, el gato Habana es un gato listo y cariñoso. El gato Habana es extremadamente juguetón y exige atención y afecto. A pesar de su naturaleza activa, se conforma bastante bien con la vida al interior. Suele hacerse mucho a un solo miembro de la familia, y le será fiel toda la vida.
Este felino sólo existe en un color, pero los estándares difieren en Inglaterra y en Estados Unidos. Los británicos prefieren un aspecto más bien oriental, mientras que los americanos prefieren algo más parecido al azul ruso.

Se caracteriza por un pelaje corto, muy brillante e igualado sobre todo el cuerpo. El cuerpo es alargado y esbelto, con patas largas y finas, y pies pequeños y ovalados, y una larga cola, terminada en punta. La cabeza tiene forma de cuña (es más larga que ancha), con una nariz corta y angulada; los ojos, distantes entre sí, son de formas almendradas y oblicuas, y las orejas muy grandes, redondeadas en la punta y rosadas por dentro.

Las hembras de esta raza son excelentes madres, y sus gatitos son pequeños peluches. Ella habla constantemente con sus retoños. El gato habana es una raza popular, pero como sigue siendo bastante raro, su precio suele ser elevado.

Como cualquier otro miembro de su especie, el gato Habana debe recibir una dieta carnívora esencial, que puede complementarse con pescado, arroz hervido, papillas de cereales e incluso leche espesada con maicena.

Para tener una buena convivencia, la raza de gato Habana han de estar preferiblemente castrados de cachorros. Deben ser protegidos del frío y la humedad excesivos además de someterles a las desparasitaciones periódicas pertinentes.

La obtención de los “marrones de La Habana”, ha de seguir unas reglas estrictas en la elección de reproductores aportando cruces con siameses chocolate, ya que la unión reiterada de “habanas” degenera el tipo manteniendo tendencia al aclareo de la capa y al viraje de los ojos hacia el ámbar. Las hembras del gato Habana, pueden parir y amamantar sin problemas a sus pequeñuelos.




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