Cada
vez en más hogares españoles es fácil encontrarse con un pequeño felino, pero
¿sabemos descifrar su comportamiento? Es verdad que cada gato es un mundo, aun
así existen rasgos comunes en la especie felina y dependiendo del gato estarán
más o menos acentuados.
Los
felinos tienen la fama de ser animales de compañía independientes, aunque
también los hay apegados a sus dueños. Sin embargo, una de las principales
características del gato si lo comparamos con un perro es que tolera más la
soledad, puede estar más horas sin sus dueños, sin angustiarse o sufrir
ansiedad por ello. Un minino puede estar hasta tres días sólo en casa, siempre
y cuando tenga alimento, agua y su bandeja de arena. En cambio, el perro
necesita varios paseos diarios, como también más horas que el gato en compañía
de sus dueños.
Otra
característica de los gatos, comparados con los canes, es que no son fáciles de
domesticar. Esto es así debido a sus genes, son cazadores solitarios que no
precisan la convivencia del grupo para sobrevivir y están acostumbrados a salir
adelante en soledad. No por esto debemos asociar el hecho de que un gato se
muestre indomable con que sea arisco, ya que puede ser igual de cariñoso que un
perro.
Debemos
tener en cuenta que el felino tiene la territorialidad inscrita en sus genes,
por eso la casa en la que vive con sus dueños es su territorio y le gusta
tenerlo controlado. Muchos dueños confunden el sentido de la territorialidad con
curiosidad debido al afán que su gato tiene por encaramarse a lugares altos
como el respaldo del sofá o la mesa.
Como
bien sabemos el gato tiene una personalidad muy peculiar. Un gato acepta las
caricias sólo cuando le apetece, pero siempre exigirá la atención de su dueño
cuando él quiera. Se rebela cuando se le agobia con los mimos y atenciones y
adora su independencia, pero cuando el gato busca la atención de sus dueños
sabe cómo hacerlo gracias a su ronroneo.

La
fama de limpios de los gatos obedece a la realidad ya que les gusta mantener su
cuerpo y entorno limpio. El felino dedica tiempo a lamerse y acicalarse para
conservar su pelaje y piel sin suciedad. Los hábitos higiénicos del gato se
reflejan en su entorno, utilizan la bandeja higiénica para hacer sus
deposiciones y rechazan dormir o comer en lugares malolientes o sucios.
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