Esta curiosa
raza se creó a mediados del siglo XIX pero no fue hasta los años 50 cuando se
la reconoció oficialmente.
Este perro
tiene sus orígenes en la Inglaterra victoriana, cuando el reverendo Jhon Russel
alias Jack Russel creo la raza. Originalmente provenía del Fox Terrier, pero el
reverendo buscaba un perro que se adaptara mejor a sus hábitos de caza, capaz
de correr largas jornadas pero sobretodo capaz de lanzarse sobre sus presas.
Gracias al
éxito en las cacerías del reverendo en seguida empezó a popularizarse la raza
que rápidamente adoptó el nombre de Jack Russell o Parson (Reverendo en inglés)
Russell en honor a su primer seleccionador.
En los
primeros años la raza tenía gran diversidad de formas, colores y tallas, tantas
que dio paso a dar origen a dos razas diferentes en dos continentes diferentes,
en Inglaterra al Parson Russell Terrier y en Australia al Jack Russell Terrier.
Pese a todo, estas dos razas tienen características físicas similares.
Ambos miden
entre 25 y 36 centímetros de altura. En cuanto a sus colores es en su mayor
parte blanco con manchas marrones o tostadas. Cuentan con un pelo duro
generalmente resistente al agua.
Su peso suele variar entre los 5 y los 7
kilos. Uno de sus rasgos más distintivos son sus orejas caídas.
En cuanto a
su temperamento suele ser un perro activo, que siempre está alerta pero
divertido y juguetón. Es un perro ideal para tenerlo en una casa y convive
muy bien con niños y adultos.
Presentan
muy pocas enfermedades casi todas ligadas a sus antepasados genéticos, por lo que
debemos asegurarnos de que sus antepasados no tengan problemas, principalmente
ligados a las articulaciones.
Son perros a los que se debe cuidar mucho su
alimentación puesto que pueden llegar a desarrollar enfermedades del tipo
renal. Royal Canin dispone de un pienso especial para su raza.
Aprovecho el artículo de hoy para presentar a Sila, la Jack Russell de una amiga y cliente de Señora Parker.
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