Siempre
se ha dicho que educar a un gato es imposible debido a su naturaleza
independiente, pero a través de los juegos podemos educarlos. Cuando los
gatitos juegan pueden mostrar un comportamiento que puede parecer agresivo a
los ojos de sus amos. Sin embargo, es una actitud completamente normal en los
felinos que les permite desarrollar y perfeccionar sus instintos de exploración
y de depredación, claves para la supervivencia en la naturaleza.
Los
juegos o “peleas” con otros gatitos o con su amo, le permite al cachorro
aprender y desarrollarse hacia la vida de adulto.
Si
tienes un gato o recientemente has adoptado un gatito, sabrás que un objeto
desconocido en movimiento es una fuente de juego infinita para ellos. Éstos
estarán encantados de descubrir de qué objeto se trata, de agarrarlo, saltar,
morder, golpearlo con sus patas, etc.
El
gatito inicia su aprendizaje desde su nacimiento junto a su madre y a los otros
gatitos de la camada. Si se adopta un gato muy pronto y es separado
prematuramente de su madre, nos encontraremos seguramente con efectos adversos
en el futuro comportamiento del gato porque el gato no habrá aprendido a
relacionarse correctamente. Los
gatos separados antes de tiempo seguramente que no conozcan de forma natural
sus límites y quieran probar que es bueno o malo. Si es el caso no permitas que
tu mascota juegue con tus manos o con tus pies ya que lo interpretará como que
tiene licencia para “cazar” y tendrá tendencia a morderte.
Una
forma de educar a un gatito es hacerlo a través del juego. Se pueden encontrar
una gran variedad de juguetes para gatos que les intrigarán y les estimularán.
Un claro ejemplo son los juguetes con cordel. Deja que el gato persiga el
juguete, lo muerda y lo tire a su antojo una vez lo haya atrapado. De esta
manera estaremos ayudando al animal a canalizar su energía y agresividad con el
juguete y no con algún mobiliario de la casa.
Es
importante jugar regularmente con el gato para un buen aprendizaje. Así el
pequeño felino sabrá que es la hora de jugar cuando vea aparecer sus juguetes y
no antes.
¿Cómo
poner límites al juego?
Si
con las órdenes no consigues que el gato obedezca, el siguiente paso es
recurrir a los sprays con agua. Pulverizando al gato con ellos mientras decimos
un rotundo “no” desviaremos su atención del objeto en cuestión. Al sentir el
agua y escuchar la orden se retirarán del objeto. Seguramente tendrás que
repetir la operación varias veces, pero pronto el gato entenderá que es mejor
no repetir.
Es
importante premiar el buen comportamiento del gato con golosinas cuando esté jugando con sus
juguetes. Este comportamiento tuyo le gustará y pronto se dará cuenta que jugar
con sus juguetes tiene recompensas positivas. Poco a poco retiraremos ese
estímulo en forma de golosinas, pero seguiremos felicitándole por jugar con sus
juguetes. Debemos motivar al gato a que juegue con sus cosas. El afecto y la
aprobación de sus dueños son importantes para los gatitos.
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