El
pasado jueves día 5 se estrenó en Barcelona “Febrero, el miedo de los galgos”,
el primer documental que plasma la realidad del galgo en España. La caza de la
liebre es una práctica común en zonas rurales de nuestro país y expone al galgo
a una vida de maltrato y crueles entrenamientos. La temporada de caza acaba en
febrero y por tanto, el número de galgos abandonados en esta época del año se
dispara.
Los
galgos son perros conocidos por ser grandes velocistas, y por este motivo son
canes codiciados por los cazadores y por quienes apuestan de manera ilegal en
carreras de galgos. Y tras la temporada de caza, cuando ya no les sirven los
abandonan o ahorcan.
La
situación de maltrato de los galgos en España continúa igual que hace diez
años, hembras que viven en condiciones higiénico-sanitarias inadecuadas y paren
de manera descontrolada, galgos que son ahorcados o sacrificados con un tiro en
la cabeza cuando ya no sirven para la caza o no son buenos corredores. Son
algunas de las situaciones que viven cada año los galgos en España.
La caza
con galgo es una modalidad cinegética “desterrada en toda Europa que sólo se
mantiene aquí”, señala Cristina García Moreno, presidenta de FAPA (Federación
de Asociaciones de Protección Animal). Una variedad “absurda”, a su juicio, en
la que es el propio animal quien hace las veces de “arma” y cobra directamente
la pieza. “Se le considera una herramienta, ni siquiera se ve a estos animales
como seres vivos”, de modo que al término de cada temporada de caza se
convierten en “instrumentos” prescindibles para sus dueños, que no quieren
cargar con los gastos de mantenerlos una vez aprovechadas sus habilidades
durante dos temporadas de media. “La filosofía del galguero es el coste cero.
Los crían y los tienen todo el tiempo en zulos, a oscuras, alimentados con
mendrugos de pan”, explica García Moreno.
Según
datos recabados entre las protectoras y perreras, se calcula que cada año unos
60.000 galgos son sacrificados en España por sus dueños o abandonados a su
suerte.
Una
solución para evitar el maltrato, tortura y abandono de estos canes es evitar
la crianza indiscriminada de galgos, pero también es de gran importancia
controlar, denunciar y sancionar a aquellas personas que abandonan y maltratan
a los galgos.
Pero
aparte de ser un perro que alcanza grandes velocidades, los galgos también se
caracterizan por ser perros tranquilos, hogareños, nobles, agradecidos,
inteligentes y buenos compañeros de los niños. Estos canes duermen 16 horas al
día y no necesitan ejercicio físico extra debido a que son perros velocistas y
alcanzan los 50 kilómetros por hora. Se puede decir que el único “defecto” es
que si no conviven desde cachorros con gatos, la relación entre ellos no es
fluida. Pero aparte de esto, es un perro cariñoso que sin duda deja huella en
aquellos con los que convive.
Los
dueños responsables saben apreciar el carácter fiel y leal de los galgos. No
todos los galgueros ahorcan y abandonan a sus perros. Los hay que los cuidan
muy bien y los tienen hasta que mueren de viejos pero por desgracia no son la
mayoría.
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