Para casi todos nosotros los perros son unos excelentes animales de compañía, y es así,
pero debemos tener en cuenta que algunos de ellos han sido entrenados como
perros de ataque o guardianes para proteger un determinado lugar.
Adicionalmente, al igual que en otras especies hay animales que por naturaleza
o por miedo son más violentos que otros y a la mínima amenaza reaccionan con
fiereza.
Es
por estas razones que es muy importante hacer pedagogía sobre como respetar el
espacio y las conductas naturales de las mascotas, especialmente cuando no
somos seres conocidos para ellos.
Entre
las conductas que más alteran a nuestros perros están aquellas
relacionadas con invadir su espacio vital, este varía en función del perro pero
suele situarse en un área de 1 metro cuadrado alrededor suyo.
Otra
de las conductas que deberemos evitar es la de tocar y juguetear con sus
juguetes o objetos ya que los perros tienen un fuerte sentimiento de posesión.
En
la calle deberemos tocar a los perros únicamente cuando el dueño nos de su autorización
y prepare al perro psicológicamente para que alguien de fuera de su entorno se
aproxime dentro de su espacio de confort. Así mismo, cuando se quiere acariciar
a un perro desconocido hay que tender la mano con la palma mirando hacia
arriba y siempre a una altura
inferior a su cabeza, o puede pensar que eres una amenaza.
Nunca
debemos olvidar que hay que evitar tratar de tocar o jugar con perros con
bozales o encadenados sin la supervisión de su dueño, pues puede ser peligroso.
Es
importante estar muy relajado a la hora de tratar con el perro ya que este
detecta los estados de ánimo de la gente, adicionalmente se le debe tratar con
decisión y firmeza con tal de que este cumpla las órdenes establecidas.
Por
último, si un perro te atacara es muy importante que procures tirar un objeto
lejos para que sienta el impulso de ir a por él y te dé tiempo a resguardarte.
En el caso de que no puedas hacer nada procura proteger tu cuello y tu rostro
ya que son las partes que los perros, sobre todo los más violentos suelen ir a
buscar.
Hay que recordar que ya no se trata tanto de una raza u otra, sino de cómo ha sido educado, si ha sido entrenado para ser guardián, o porque por sus vivencias es un perro agresivo por miedo o malos tratos. Hay razas que físicamente asustan y en cambio pueden ser cariñosos y mansos por la educación y trato recibido, otros pequeños en cambio, podrían sorprender con su agresividad. ¡No hay que guiarse siempre por las apariencias!
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