martes, 25 de marzo de 2014

La importancia de bañar a nuestros felinos

Como bien sabemos los que convivimos con gatos, uno de sus atributos más característicos es el cuidado de su higiene. Los felinos pasan mucho tiempo acicalándose y pasando su áspera lengua por todos los rincones de su cuerpo como si de un peine se tratase. Y en el supuesto de  vivir con más gatos, estas horas de limpieza se multiplican ya que además las madres se encargan de limpiar a sus crías.

Aun así los gatos también necesitan un baño. Podemos pensar que no hace falta bañarlos debido a que ellos mismos se encargan de su higiene y su poca amistad al agua, y aunque es cierto no por ello significa que no sea necesario bañarlo en alguna ocasión.

Desde pequeño debemos acostumbrar a nuestro gato a bañarlo ya que en esa edad temprana es cuando tienen mayor capacidad receptiva.Un gato con el carácter ya desarrollado va a ser difícil que cambie de hábitos. Además, no es cierto que por defecto todos los gatos detesten el agua, algunas razas de gato son especialmente propensos al agua como es el caso del Bobtail japonés o el Turco Van que son gatos de islas. En cualquier caso, si acostumbras a tu gato a bañarse desde cachorro esta actividad puede convertirse en un auténtico placer para él.

¿Por qué bañar al gato?
Su higiene personal habitual y un buen cepillado diario son suficientes para mantener al gato limpio, pero un baño ocasional acabará de dejar su manto especialmente brillante.

Hay que tener en cuenta el baño en los siguientes casos:
- Si suele salir al exterior, en ocasiones puede que regrese a casa más sucio de lo habitual ya sea jugando o cazando, en esas ocasiones un cepillado o un paño mojado no siempre es suficiente.
- El agua ayudará a eliminar parásitos externos como pulgas o garrapatas.
- Si lleva a su mascota a concursos o exposiciones, un baño y un buen champú especial para gatos puede proporcionarle, sobretodo si es de pelo largo, el toque final.
 - Algún tratamiento dermatológico puede requerir bañar al gato, pero eso evidentemente debe ser el
 veterinario quien lo indique en cada caso.

- Si tiene algún problema pasajero que no le permita asearse o si es obeso necesitará ayuda.
- Simplemente por placer. Si le gusta ¿por qué no darle el gusto?

Para el baño de tu felino te aconsejo seguir unas reglas básicas para que la aventura de bañarlo no se convierta en un problema. Antes de bañarlo por primera vez hay que asegurarse de que su tarjeta de vacunaciones está correcta y en regla.

Pautas a seguir:
- Usar champú especial para gatos y una vez enjabonado debe enjuagarlo muy bien para que no queden restos que puedan resultar incómodos. Es importante recordar que, algunos champús antiparasitarios se pueden usar en perros y gatos pero hay otros que resultan tóxicos para los felinos. Debemos asegurarnos en este caso de que el envase indica claramente que es apto para su uso en gatos.
- ¿Dónde bañarlo? Es indiferente, pero es preferible que estés cómodo y donde puedas controlar bien a tu mascota.
- Conviene que el agua esté templada y la habitación no debe tener corrientes de aire. Hay que evitar que el animal coja un resfriado.
 - No apunte el chorro de agua directamente a la cara o a las orejas. No solo puede resultarle desagradable sino que, de la misma manera que a algunos humanos, el contacto reiterado con el agua en el oído puede producir alguna infección. Lo mejor es que deje esa zona tal y como estaba.
- Busca un colaborador para que sujete al gato y, en todo momento, lo mantenga tranquilo.
- Con una toalla no basta para secar al gato. Utilice un secador para dejarlo completamente seco y si no lo acepta llévelo a una estancia caliente para que se seque solo.
- Mientras se seca hay que cepillar el manto para que éste quede en perfectas condiciones. El pelo de un persa o un himalayo se puede enredar fácilmente.

- Tanto el ruido del agua como el del secador pueden estresar a su mascota. Antes de pasar a la acción acostúmbrelos durante un rato a ese ruido. El baño tiene que ser una tarea que se haga sin prisas.


martes, 11 de marzo de 2014

Consejos para que tu mascota de la bienvenida al bebé

Uno de los principales miedos de los padres primerizos que tienen una mascota es como recibirá su perro o gato a su bebé. El hecho de que llegue un recién nacido a casa no significa que tengamos que olvidarnos de nuestra mascota, ya que ambos pueden llegar a ser grandes amigos.

Normalmente, la mayoría de las mascotas miran a los niños con curiosidad y no presentan signos de agresividad hacia ellos. Sin embargo, algunos perros pueden percibir a los bebes como un mamífero extraño, sobre todo, aquellos que nunca han visto a un bebé y, por tanto, no pueden reconocerlo como una cría de los seres humanos. Para ayudar a prevenir accidentes, debemos tomar algunas precauciones.
Durante el embarazo es importante que el padre u otra persona se preocupen más del animal, debido a que la madre tendrá menos tiempo cuando llegue el bebé, y así podemos prepararle desde antes del parto para que los cambies no le resulten bruscos y de esta forma no pueda sentir celos del recién llegado.
En el caso que el perro o el gato duerma en la habitación y queráis que duerma en otro sitio cuando llegue el niño, debéis  ir acostumbrándole ya a su nuevo lugar.

Además, hay que llevarlo al veterinario para desparasitarlo, protegerlo contra insectos y poner sus vacunas al día.

 Una vez el bebé ha nacido y cuando esté en la maternidad el padre puede llevar a casa alguna prenda de él para que el perro o el gato se acostumbre a su olor. Al llegar a casa por primera vez con el pequeño,  el padre puede coger en brazos al bebé mientras la madre saluda a la mascota. Podemos permitir que el animal huela al niño, eso sí, protegiendo su cara con las manos.

 Aunque el perro o gato no pueda tener una conducta agresiva hacia el recién nacido no conviene dejar al bebé nunca solo con el animal. Si duerme en una habitación separada de los padres, hay que enseñar al perro o el gato que no deben entrar allí cuando no esté presente un adulto. El animal de compañía puede hacer daño al niño sin pretenderlo, simplemente jugando con él. En el caso específico del gato, hay que evitar que se acueste dentro de la cunita.

¿Y si no quiere al niño?
En general, el perro o el gato se acostumbra a compartir las atenciones con el niño. A veces el perro se muestra hostil hacia el pequeñín. En ese caso, hay que mantenerlo atado hasta que se le pasen esos sentimientos, pues podría morderle o arañarle aunque no lo haya hecho nunca antes.
En caso que  su comportamiento agresivo se mantuviese, habria que plantearse si puede seguir viviendo en la casa.

¿Dónde poner las cosas del animal?
El recipiente de la comida, el agua y el lugar donde hace caca el animal no deben quedar al alcance de la mano cuando el bebé empiece a gatear, porque los parásitos se transmiten a través de la saliva y los excrementos.
Una buena higiene con agua y jabón de los enseres de las mascotas disminuirá notablemente el riesgo de contagio.



Es importante que los padres sigan las siguientes pautas:

-No disciplinar al perro cuando se manifieste curioso alrededor del niño.
-Dejar que el perro huela y vea al niño.
-Asociar experiencias agradables con la presencia del niño.
-Dedicar especialmente 10 minutos al día a interaccionar activamente con el perro.
-No dejar totalmente solos a niño y perro.
-No aislar totalmente al perro del niño.


miércoles, 5 de marzo de 2014

¿Por qué no puedo lavar a mi mascota con mi champú?

Muchas veces hemos oído que los animales no pueden usar los mismos champús que las personas porque nuestro pH es diferente al suyo, pero ¿qué es exactamente el pH de la piel y en qué condiciona en el uso de unos productos y otros?

El pH es un símbolo químico que indica la acidez o alcalinidad de una determinada sustancia, en este caso de la piel. Un pH neutro tiene un valor de 7, si un producto presenta un pH menor a 7 se considera como ácido y si es mayor alcalina. Las personas tienen un pH que oscila entre los 4.5 y 6 (dependiendo de la edad, tipo de piel, si seca o grasa, etc). El pH de los perros y gatos es de 7.5.

En la piel encontramos la hipodermis o "manto ácido" que es un tejido con un pH ligeramente ácido y cuya función esencial es de lubricante y protección de la piel frente a bacterias, irritaciones y cualquier otra agresión externa. Si nos lavamos con geles con un pH inferior a 6 o superior a 8 (en las personas) estaremos dañando nuestra piel, destruyendo la capa protectora, lo que puede producir alergias y otras patologías dérmicas.

E igual que nos ocurre a nosotros si usamos productos con pH que no corresponden a los nuestros, pasa con los animales. Si lavamos a nuestras mascotas con champús de humanos preparados para nuestro pH, estaremos destruyendo su capa protectora, algo que puede ocasionar dermatitis, alergias, mal olor, etc. Nuestros productos son peligrosamente ácidos para sus pieles.

Por ello y con el objetivo de proteger y cuidar la piel de los perros y gatos, todos los productos que usemos en ellos deben tener un pH de 7.5, que es el ideal para estos animales.

Hay infinidad de tipos de champús y productos para el cabello de gatos y perros, para cabellos largos, blancos, cortos, caspa, dermatitis, para cachorros, para cabellos negros, de uso frecuente, etc.

Os dejo algunos ejemplos: La casa Wuapu ofrece una gama completa de champús, suavizantes, y colonias. Igual la casa Armi, Advance, Taber, Milú, etc.

Para cualquier duda sobre el tema, si no sabes qué producto es mejor para el tipo de cabello o problema dérmico de tu mascota, no dudes en preguntarme mandando un email a hola@senoraparker.com.





martes, 4 de marzo de 2014

El rascador, un fiel aliado



Todos los que tenemos un amigo felino en casa sabemos lo importante que es tener un espacio para que pueda arañar con sus garras y eliminar las capas de piel muerta que la cubren. Por eso los gatos caseros necesitan de un rascador si no quieres que termine arañando los marcos de las puertas, el sofá, la alfombra, etc.

Normalmente compramos un rascador pensando en nuestros gatos y creyendo que en cuanto lo vean se abalanzaran sobre él para jugar y arañarlo, pero no es así,  lo más probable es que le sea indiferente y su mayor acercamiento sea rozarlo con su lomo para marcarlo. Por este motivo, un rascador inadecuadamente utilizado puede convertirse en un objeto más de la casa sin ninguna función, pero utilizado de forma correcta es muy útil.
Los gatos deben acostumbrarse a afilarse las uñas desde pequeños con el rascador y nosotros podemos ayudarlos. ¿Cómo? El rascador tiene que estar situado cerca de las zonas donde sueles estar, en lugares agradables y donde hay otros muebles atractivos para él, de esta forma evitarás que los utilice como rascador. Es muy importante el material del que está hecho ya que si está fabricado con un material inapropiado no lo utilizará.

Para hacer más atractivo el rascador e incitar el juego de tu felino puedes rociar las superficies con un espray de Catnip. Además, a los gatos les gustan las alturas y mirar desde arriba por lo que te recomiendo un rascador alto y de diferentes alturas, así no sólo afilará sus uñas sino también jugará con él. En el caso que no tengas espacio en casa para uno grande, puedes optar por uno pequeño pero que tenga la suficiente altura para que cuando el gato se pueda afilar las uñas estando de pie.

El rascador bien utilizado es fundamental para una buena convivencia con un gato.