martes, 4 de marzo de 2014

El rascador, un fiel aliado



Todos los que tenemos un amigo felino en casa sabemos lo importante que es tener un espacio para que pueda arañar con sus garras y eliminar las capas de piel muerta que la cubren. Por eso los gatos caseros necesitan de un rascador si no quieres que termine arañando los marcos de las puertas, el sofá, la alfombra, etc.

Normalmente compramos un rascador pensando en nuestros gatos y creyendo que en cuanto lo vean se abalanzaran sobre él para jugar y arañarlo, pero no es así,  lo más probable es que le sea indiferente y su mayor acercamiento sea rozarlo con su lomo para marcarlo. Por este motivo, un rascador inadecuadamente utilizado puede convertirse en un objeto más de la casa sin ninguna función, pero utilizado de forma correcta es muy útil.
Los gatos deben acostumbrarse a afilarse las uñas desde pequeños con el rascador y nosotros podemos ayudarlos. ¿Cómo? El rascador tiene que estar situado cerca de las zonas donde sueles estar, en lugares agradables y donde hay otros muebles atractivos para él, de esta forma evitarás que los utilice como rascador. Es muy importante el material del que está hecho ya que si está fabricado con un material inapropiado no lo utilizará.

Para hacer más atractivo el rascador e incitar el juego de tu felino puedes rociar las superficies con un espray de Catnip. Además, a los gatos les gustan las alturas y mirar desde arriba por lo que te recomiendo un rascador alto y de diferentes alturas, así no sólo afilará sus uñas sino también jugará con él. En el caso que no tengas espacio en casa para uno grande, puedes optar por uno pequeño pero que tenga la suficiente altura para que cuando el gato se pueda afilar las uñas estando de pie.

El rascador bien utilizado es fundamental para una buena convivencia con un gato.

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