martes, 11 de marzo de 2014

Consejos para que tu mascota de la bienvenida al bebé

Uno de los principales miedos de los padres primerizos que tienen una mascota es como recibirá su perro o gato a su bebé. El hecho de que llegue un recién nacido a casa no significa que tengamos que olvidarnos de nuestra mascota, ya que ambos pueden llegar a ser grandes amigos.

Normalmente, la mayoría de las mascotas miran a los niños con curiosidad y no presentan signos de agresividad hacia ellos. Sin embargo, algunos perros pueden percibir a los bebes como un mamífero extraño, sobre todo, aquellos que nunca han visto a un bebé y, por tanto, no pueden reconocerlo como una cría de los seres humanos. Para ayudar a prevenir accidentes, debemos tomar algunas precauciones.
Durante el embarazo es importante que el padre u otra persona se preocupen más del animal, debido a que la madre tendrá menos tiempo cuando llegue el bebé, y así podemos prepararle desde antes del parto para que los cambies no le resulten bruscos y de esta forma no pueda sentir celos del recién llegado.
En el caso que el perro o el gato duerma en la habitación y queráis que duerma en otro sitio cuando llegue el niño, debéis  ir acostumbrándole ya a su nuevo lugar.

Además, hay que llevarlo al veterinario para desparasitarlo, protegerlo contra insectos y poner sus vacunas al día.

 Una vez el bebé ha nacido y cuando esté en la maternidad el padre puede llevar a casa alguna prenda de él para que el perro o el gato se acostumbre a su olor. Al llegar a casa por primera vez con el pequeño,  el padre puede coger en brazos al bebé mientras la madre saluda a la mascota. Podemos permitir que el animal huela al niño, eso sí, protegiendo su cara con las manos.

 Aunque el perro o gato no pueda tener una conducta agresiva hacia el recién nacido no conviene dejar al bebé nunca solo con el animal. Si duerme en una habitación separada de los padres, hay que enseñar al perro o el gato que no deben entrar allí cuando no esté presente un adulto. El animal de compañía puede hacer daño al niño sin pretenderlo, simplemente jugando con él. En el caso específico del gato, hay que evitar que se acueste dentro de la cunita.

¿Y si no quiere al niño?
En general, el perro o el gato se acostumbra a compartir las atenciones con el niño. A veces el perro se muestra hostil hacia el pequeñín. En ese caso, hay que mantenerlo atado hasta que se le pasen esos sentimientos, pues podría morderle o arañarle aunque no lo haya hecho nunca antes.
En caso que  su comportamiento agresivo se mantuviese, habria que plantearse si puede seguir viviendo en la casa.

¿Dónde poner las cosas del animal?
El recipiente de la comida, el agua y el lugar donde hace caca el animal no deben quedar al alcance de la mano cuando el bebé empiece a gatear, porque los parásitos se transmiten a través de la saliva y los excrementos.
Una buena higiene con agua y jabón de los enseres de las mascotas disminuirá notablemente el riesgo de contagio.



Es importante que los padres sigan las siguientes pautas:

-No disciplinar al perro cuando se manifieste curioso alrededor del niño.
-Dejar que el perro huela y vea al niño.
-Asociar experiencias agradables con la presencia del niño.
-Dedicar especialmente 10 minutos al día a interaccionar activamente con el perro.
-No dejar totalmente solos a niño y perro.
-No aislar totalmente al perro del niño.


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